Hoy Domingo, cero horas de la madrugada, vi como asaltaron a un joven que hiba en una bicicleta, dos jovenes mas corpulentos lo emboscaron y lo golpearon, los vehiculos pasaban en la calle de enfrente sin detenerse, sin percatarse o sin querer involucrarse.
Una noche como esta, hace tres años me sucedió lo mismo, yo hiba a pie y un par de adolecentes me emboscaron, me golpearon aprovechando el factor sorpresa y mi paralisis temporal para tratar de encontrar algo para llevarse y lo encontraron; un videojuego portatil es lo que se llevaron, la computadora en la que escribo este texto tambien la cargaba en una mochila escolar pero no les dió tiempo de revisarme mas pues solo quede estático unos segundos y entonces me movi para defenderme, solo sentia los golpes y jalones de los dos asaltantes pero nada de que preocuparse, salvo mi tabique de la nariz, roto, y la sangre en mi playera blanca, y no se como pero hasta en el cabello tenia sangre que se secó al esperar por auxilio una vez terminada la lucha que habia durado cerca de 10 o 15 minutos.
Aquel joven que vi hoy, me recordó esas escenas, sin poder hacer nada solamente le pedí a Dios que al menos no le pase nada grave may allá del susto, por que la golpisa nadie se la quitará y una ira parecida a la mia tampoco.
La violencia ha estado presente desde siempre, no es que ahora hay mas asaltos que antes, aunque si hay mas asesinatos en las ciudades que antes, la violencia entre jóvenes con primitivas maneras de pensar siempre existirá por la necesidad de poder y dominio de terrenos como animales buscando expandir su territorio.
Al final, estos jóvenes violentos terminan sus dias readaptados o bajo el hierro con el que impusieron su fuerza tiempo atras.
Momentos de paz y furia
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