Cuando el trabajo deja de ser sano

[postlink]http://spaceloop.blogspot.com/2010/02/cuando-el-trabajo-deja-de-ser-sano.html[/postlink]Hace unos días leí por casualidad la frase que titula este post, no le di la mayor importancia por que no tenía tiempo para detenerme a pensar en ello pero ahora no solo lo pienso, sino que también lo siento.

Resulta que se me ha venido una racha de trabajo extremo como si me pagaran extra por cada dia que acabo con el cerebro, la columna y la espalda baja echa trisas, al estar sentado medio dia en la (nada) cómoda silla de la oficina frente al monitor y medio dia corriendo de computadora en computadora solucionando la existencia a los usuarios que gritan por soporte técnico.

Lo que me queda es solo tres o cuatro horas de descanso reparador, lo cual no me alcanza para reparar en absoluto nada.

Entonces cobra fuerza la frase antes mencionada y referida, no me pagan extra pero si me pegan extra, y aunque me pagaran, la pegada nadie me la quita… a continuación la interpretación simple y llana.

Es bueno y sano trabajar, ya que nuestro cuerpo esta activo, sea por parte física, mental o ambas; el ser humano disfruta de ser útil en alguna etapa de la vida (cabe mencionar que hay algunos de estos seres que gozan de lo contrario… siempre) y es en esa etapa de plena utilidad y energía cuando logramos destacarnos, crecer personal y profesionalmente (así seas taxista, taquero, barrendero, jardinero, abogado, arquitecto, etc) y ver nuestro esfuerzo remunerado socialmente y económicamente. El balance nos proporciona esa sensación de estabilidad emocional y financiera.

Lo insano viene cuando se aprovechan de tu energía, generosidad (o la incapacidad de negarte a hacer ciertas cosas) y necesidad de un ingreso fijo cuando la jornada laboral se extiende hasta el infinito conocido; ciertamente la promesa de una remuneración no se hace esperar y los primeros días te sientes como si no hubiera pasado nada, pero al cabo de otros días más, fisicamente se empieza a sentir los estragos de la falta de un descanso.

Aunque la promesa sea cumplida, el dinero no compra la salud que se ha desgastado, aunque después de todo el pago sea justo y bien invertido, seguramente nuestra atención y la calidad de nuestro trabajo se precipitará al suelo y dejaremos de ser aquellos confiables empleados que solíamos ser y seremos un riesgo para la cadena productiva donde nos encontremos, corriendo el riesgo de estar desempleados y encima enfermos.

Por eso mismo… ya dejare de escribir por que acabo de terminar el trabajo extra y ya son casi las seis de la mañana… me toca dormir en el sillón, si tengo suerte.

Hasta la próxima.

1 Comentarios hasta ahora...:

manuel dijo...

Lo peor de todo esto es que una dia cuando menos te lo espere te diran "gracias por participar" y el que sigue...